lunes, 23 de marzo de 2009

Ante los ojos de la noche oxidada

Ante los ojos de la noche oxidada
Aparecióseme esta imagen
Tan bella, tan mujer, tan gitana,
Ibas caminando descalza por las calles de mis pensamientos

Lloraba el cielo en ese momento,
Sobre tu rostro caía su llanto,
A la lluvia la volviste cristal
Y a las hojas de los árboles que tocaban tu cuerpo las hiciste oro

No tienes idea de lo que vales,
Ni siquiera crees que valgas,
Pequeña ladrona de corazones.

No pienso resignarme hasta verte sucumbir
dentro del coto de mis fronteras,
Hasta verte nadar en los mares que bañan mis costas,
Hasta sentir tu piel y recorrerla de norte a sur.

Eterno se volvió el momento en que te vi,
Hasta la guerra entre el cielo y el infierno se detuvo un instante.

Eres rayo de luz nacido en el paraíso,
Ocultas un par de alas en tu espalda,
Dices que te llamas Alma,
Aunque deberías llamarte Venus,
Astarté, Lucifer.

Me hace falta tu voz entrecortándome el silencio,
Tus uñas acribillándome la espalda,
Tu verdad como un disparo certero
Y tu mirada,
Esa mirada que a veces me mata
Tu mirada me hace falta
Como una bofetada en cada mejilla

Iván Barojas

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